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YUL BRYNNER
EL ACTOR EN EL CREPUSCULO DEL SEXO
Cuando veo una foto de Yul Brynner, recuerdo los años sesenta, cuando después de horas de espera para sacar las entradas y asistir al estreno en Madrid de LOS DIEZ MANDAMIENTOS, pude sentarme en silencio frente a un actor de fuerza cinematográfica brutal y una personalidad que eclipsaba al resto, si eso era factible, teniendo a su lado a una inolvidable Anne Baxter y a Charlton Heston. No se me va de la cabeza aquellas escenas, entre tonos rojizos, negros y azulados, cuando el faraón se derrumba ante el cuerpo de su hijo muerto. Creo que para mi, es la mejor secuencia, no solo de toda la película, sino donde Yul me dejó clavado para siempre, y la redescubro muchas veces, al volver a visionarla en DVD... Gran film LOS DIEZ MANDAMIENTOS, es cine en puro estado de gracia, lo reúne todo, todo...cine, cien por cien, pero la arrolladora presencia de aquel macho engalanado de faraón, me hizo sentirme mas vivo que nunca, y sin que el lo hubiera sabido, pasó a ser uno de mis fetiches, paseando por el crepúsculo donde solo los dioses pueden caminar, dando su mano a Marlon Brando y a Laurence Olivier. Figuras clave, actores dispares como el mar, calientes como las aguas de un mar al anochecer, pero reales y los conservo... "tal y como eran"... como si Barbra Streisand estuviese cantandome al oído esa maravillosa canción.
Cuando su madre contrajo leucemia y falleció, el joven decidió emigrar a Nueva York. En el Estados Unidos posterior a la Segunda Guerra Mundial se encontró con la misma tierra de oportunidades que se encontraron tantos otros. En su caso, la oportunidad laboral le llegó gracias a la representación del musical 'El rey y yo' en Broadway. Pero, sobre todo, su éxito radicó en una simple pero brillante idea: raparse la cabeza. Aunque no sufría de alopecia en aquellos años, su caracterización tuvo tanto éxito que se siguió rasurando el resto de su vida. Así fue, de hecho, como se convirtió en una gran estrella; una luminaria que llamó la atención de mujeres como Marlene Dietrich. Contaba la hija de la diva alemana que los festines sexuales de su madre con Brynner en los camerinos eran sonados. El calvo más sexy de todos también retozaba con ella en su apartamento, decorado con sedas de Siam que aludían a 'El rey y yo' y con una cama gigante que hacía más placenteros los revolcones entre ambos. Pero antes de alcanzar la gloria y llegar a la cama de Marlene, Yul Brynner tuvo que prepararse a conciencia. Al menos, en lo que a su profesión se refiere. Sin apenas saber una palabra de inglés tuvo que acudir regularmente a las clases de interpretación del prestigioso Michael Chekhov. Entre tanto, y para ganarse unos dólares, ejerció de modelo a mediados de los 40, cuando el fotógrafo George Platt Lynes descubrió su portentoso físico. Aunque él mismo estaba acomplejado porque sus piernas eran muy cortas, su torso definido y su mirada penetrante lo convirtieron en el modelo perfecto.
Gracias a este sonoro éxito teatral, fue llevado al cine por Walter Lang y acompañado por una deliciosa Deborah Kerr, Yul Brynner, ganó su primer Oscar a mejor actor. Luego vendrían otras películas como: Los Diez Mandamientos, Anastasia , Los Hermanos Karamazov, Los Bucaneros , Rojo Atardecer, El Ruido y La Furia, Salomón y la reina de Saba , El Oro De Nadie.....Hombre totalmente exótico, famoso a lo largo de su carrera por su cabeza completamente calva y sus brillantes interpretaciones, Brynner ha enmascarado gran parte de su vida en el misterio y mentiras diseñadas para molestar a la gente que le consideraba mediocre. No fue hasta la publicación de los libros "Yul: El hombre que pudo reinar" y "El Imperio y la Odisea" por su hijo, que muchos de los detalles de la vida temprana de Brynner se hicieron evidentes. afirmaba ser un medio suizo y mitad japonés, pero en realidad él era el hijo de Boris Brynner, un ingeniero suizo y de Blagovidova Marousia, hija de un médico ruso. Cuando el padre de Yul abandonó a la familia, su madre se lo llevó a él y a su hermana Vera a Manchuria, donde comenzó a asistir a la escuela YMCA, posteriormente su madre los llevó a Moncelle Liceo, pero su asistencia era irregular. Dentro del actor tenía el fuego encendido del arte y siempre soñaba con subirse a un escenario, conocer gente del cine, ya por aquellos años se internó en el maravilloso campo de la fotografía, donde consiguió a lo largo de su vida, poseer un don especial para plasmar lo que sus ojos veían. los estudios, convirtiéndose en un músico, tocando la guitarra en los bares de gitanos rusos, que le dio su primer sentido a su vida. Jean Cocteau se convirtió en su amigo, su aprendiz, y llegó a comentarse que su amante también. Yul en sus comienzos, no tenía otra obsesión que rodearse de las mas importantes figuras francesas del momento. Trabajó como un especialista del trapecio con la famosa compañía Cirque d'Hiver de la mano de Edith Piaff, a la que veneraba de manera compulsiva. Aquellos años en Paris siempre los recordó Yul como los mejores de su vida, donde se hizo fuerte, donde amó libremente, uniéndose a grupos de intelectuales, y conservando una galanura que conservaría hasta el mismo día de su muerte.
Después de trabajar en series de televisión, muy pronto fué a Broadway en "Canción de laúd", con Mary Martín , ganando premios y reconocimientos. Él y su esposa, la actriz Virginia Gilmore , también protagonizaron "El señor y la señora". Hizo su película debut en el PUERTO DE NUEVA YORK más tarde, cuando María Martín le recomendó para el papel que siempre le caracterizaría, El Rey de Siam de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, en el musical EL REY Y YO, automáticamente se convirtió en una sensación sin precedentes, repitiendo en el film que se realizó basado en el musical, por el que ganó el Oscar al Mejor Actor. En las próximas dos décadas mantuvo su carrera en el cine protagonizada a pesar de su naturaleza exótica, en Films dispares, actuando en una amplia gama de funciones de pistoleros occidentales, casi todos con la misma cabeza afeitada y el acento indefinible, destacando siempre por su fuerte personalidad y ese enorme atractivo masculino.
Yul Brynner con su cabeza brillante y sus ojos de hipnotizador, ha revolucionado los antiguos cánones de la belleza masculina. Fué durante muchos años el nuevo mito de Hollywood, le llamaban el "bello tenebroso". Solo Rodolfo Valentino, antes que él había logrado desencadenar los instintos de esa tigresa domesticada que es la mujer norteamericana. Yul Brynner ha roto las barreras de la convención. Las mujeres de veinticinco a sesenta años se subyugaban por su rostro duro y ambiguo. Es el antídoto de los buenos modales de William Holden, así como de la brutalidad primitiva de Víctor Mature. Es el "capricho intelectual" de muchas de las damas que se aburrían en compañía de maridos llenos de cualidades. Es la nota perversa, la "flor del mal" en aquella inmensa torta de bodas que constituía el mundo de Hollywood. La noche en que ganó el 'Oscar', un actor bien parecido pero desafortunado le pregunto cual era el secreto de su éxito:
- "Hojitas de afeitar y misterio, cada tres días me afeito completamente, desde la cabeza hasta los pies, salvo las cejas. Quien conozca historia sabrá que no soy más que un imitador. Ramses II lo hacía antes que yo. En cuanto al misterio....Es muy importante y la regla fundamental es no revelarlo jamás. Entre la ficción y la realidad, elijo siempre la ficción. Ejercita el cerebro de uno, y el de los demás".
Hay momentos en la vida del actor que podían sorprender, porque Yul ha sido uno de los hombres mas misteriosos del cine, pocas personas han sabido de él en su totalidad. Durante el transcurso de una entrevista que concedió se le preguntó por sus años, donde había nacido, quienes eran sus padres, sus verdaderos orígenes, sus preferencias en el sexo....Yul dijo que descendía de una antigua y rica familia de Mongolia, que pasó su infancia en el esplendor de un vieja castillo, entre decenas de sirvientes abnegados que obedecían cualquier orden suya.... Pero hasta los mismos agentes publicitarios de Hollywood, que entienden de biografías falsificadas, se hallaban paralizados por las capacidades inventivas de Yul Brynner. Cuando ganó el Oscar por EL REY Y YO, sus agentes le aconsejaron que debía olvidar un poco sus fantasías, ya que se había convertido en un actor de fama mundial.
La mayor suerte que tuvo Yul Brynner fue interpretar "El rey y yo". Nunca pensó que llegaría a representarla durante 30 años. Por entonces Yul ya comenzaba a desarrollar la psicopatía clásico de conflictos entre estrellas, no se llevaba muy bien, tenía autoridad en el plató y su físico sorprendente le ayudó a implantar cierta autoridad. Cuatro años después de su Oscar, se obsesionó con que Steve McQueen en "Los síete magníficos", cuando él hablaba, jugueteaba con el sombrero para atraer la atención del público y robarle planos. Brynner llegó a obsesionarse tanto que contrató a una persona expresamente para que vigilase todo el tiempo el sombrero de McQueen, e incluyó una cláusula en sus contratos, tanto en los teatros como en el plató de rodaje, que especificaba que la temperatura del agua tenía que estar siempre a 28.5º. Esto nos demuestra hasta que punto Yul pretendía ser una autentica estrella entre el mundo de Hollywood, y aunque parezca insólito, consiguió sus propósitos siempre.
Yul hizo muchos personajes importantes y llegó a conseguir que le escribiesen guiones en función de sus características físicas. Uno de sus grandes momentos estelares, fue encarnando a Ramsés II, en LOS DIEZ MANDAMIENTOS, la colosal obra de Cecil B. De Mille. Charlton Heston siempre recuerda la última secuencia de la película cuando habla de Brynner. Con frecuencia se dedica la última sesión de rodaje a unos planos sueltos que se han aplazado para hacerlos cuando sobra el tiempo. Los norteamericanos llaman a esta técnica "cabinas de teléfono". Porque es frecuente que haya alguna escena en una cabina en muchas películas y, ésta viaja en el camión de accesorios de un lado para otro hasta que se dispone de media hora entre toma y toma. Entonces instalan la cabina en una esquina y ruedan el plano. Lo de aquel día no era una cabina de teléfono, sino en la impresionante sala del trono del faraón. De Mille se había guardado una buena secuencia para el último día, simplemente para que sus dos protagonistas terminaran el largo rodaje de una forma dramática...
Heston dijo:
-"Las únicas escenas entre Yul y yo eran enfrentamientos. Ahora le tocaba el turno a la última, que era también la mejor. Todos los demás intérpretes principales habían terminado sus respectivos papeles y se habían ido a casa. Quedábamos sólo Yul y yo, entre las filas desiertas de altas columnas... Yul y yo... y la sonora del Éxodo en la Biblia:
Brynner estuvo magnífico encarnando al faraón obsesionado y arrogante. Me es imposible imaginar cómo hubiera podido estar mejor, porque lo mas destacable del film es sin duda las escenas del actor, su mirada, su arrogancia, su altivez y soberbia. Ese enorme atractivo lo supo utilizar en casi todos los planos. Siempre he pensado y sigo haciéndolo, que ningún actor del cine de aquella época, hubiese podido superarle. En LOS DIEZ MANDAMIENTOS, el actor se salía del personaje, y el personaje penetraba en él en magnifica sintonía, que aún hoy, sigue impactando al ver el film, si él está genial, la película es una de las joyas del Séptimo Arte, dentro del género Histórico. Para mi es perfecta en todos sus aspectos. Fotografía, banda sonora, actores, montaje, etc... Destaco también la interpretación de Charlton Heston, muy ceñido a un Moisés en potencia. Posee unos efectos especiales totalmente revolucionarios y adelantados para su época (teniendo en cuenta que no se contaba con la tecnología actual). A pesar de su largo metraje, no se hace tediosa en ningún momento. Posee planos y escenas que perdurarán en la retina de los cinéfilos para siempre, por su espectacularidad. Para todo amante del cine, es imperdonable no ver un film así. Es una pena que en su época de estreno, no se le valorara lo suficiente, me refiero a los Premios de la Academia, porque el respaldo popular fué de los que hacen leyenda. Pero al final el tiempo ha hecho justicia, y está donde merece: Entre las más grandes superproducciones de la historia.
La actriz Anne Baxter, que interpreta a Nefretiri, esposa de Ramses, dijo:
-" Las secuencias con Yul eran electrizantes, era un hombre que impresionaba. Recuerdo que cuando le presento a nuestro hijo muerto, me temblaban las piernas, me sentí insignificante ante él, era como estar al lado de una escultura de Miguel Angel, todo en él era luz, temí por un instante que me iba a bloquear y no sería capaz de articular palabra. DeMille me ayudó muchísimo, era un gran director, comprendía con solo mirarnos lo que nos pasaba por la mente, Tengo muy buenos recuerdos de aquel trabajo, DeMille además supo extraer de mi esa sed de venganza que el personaje sentía por Moisés y lo hizo de una forma muy elegante-"
Palabras de Deborah Kerr:
-" Fué como un padre, un marido y un amante, todo junto. Cuando nos vimos por primera vez en el plató para el rodaje de EL REY Y YO, sentí una fuerte impresión, era un hombre muy apuesto, fuerte, con una mirada que penetraba, y al mismo tiempo traslucía el compañero sensible, dulce y cariñoso que una actriz desea tener. Es una de las películas de la que mejor recuerdos tengo, todas fueron entrañables, y aportaron mucho a mi vida, pero sin ofender a ningún director, actriz o actor, EL REY Y YO, está cerca de mi corazón-"
Yul Brynner, tomó un agente. No sabía cómo pagarlo, pero en Norteamérica todos deben tener agente, hasta los desocupados, El agente era una mujer, Margaret Lindley, quien llegó a la conclusión de que Yul necesitaba conocer alguna "mujer norteamericana". Organizó una reunión en su honor y lo presentó a Virginia Gilmore, una "starlet" que todavía no había entrado en el engranaje de Hollywood, Una de las amantes mas conocidas que tuvo el actor fué MARLENE DIETRICH, se comentó mucho que el actor recibía en su camerino del teatro donde representaba EL REY Y YO, todas las semanas la ropa interior de la actriz, sin lavar, era un morbo en que ambos estaban atados. Yul llegó a conservar en una caja toda la ropa interior de la actriz, y ella se enorgullecía de contárselo a sus amigas. En aquellos años Yul era uno de los hombres mas deseados de la profesión, recibía proposiciones de actores de gran renombre, como así mismo de actrices, entre los que se encontraban, Rock Hudson, Joan Crawford, Linda Darnel., y el mismísimo Tyrone Power, pero estas noticias nunca fueron contrastadas, hasta el extremo de creer en ellas, aunque no creo que estuvieran desencaminadas. Lo que si fué cierto es su relación con Marlene, tema del que habló en su día la propia esposa del actor, Marlene Dietrich en aquellos años, aparte de ser una magnifica actriz, jugaba mucho con su vida privada y esa fue su divisa: la indiscriminada glotonería sentimental entre amantes masculinos o femeninos; siempre personas importantes o intelectuales de reconocido prestigio. El furor uterino de Marlene con Brynner fue tan apasionado que hasta su hija María Riva, no sin cierta ironía, lo vivió como una pesadilla. También contó su hija que se veían en el camerino de Broadway, entre función y función, y el apartamento que Marlene poseía en Nueva York, lo decoró con sedas de Siam y una cama, copia de la misma que sale en EL REY Y YO, para retozar con su amor gitano, Marlene sabía que Yul había nacido en Suiza y era hijo de rusos ricos y cultos, pero a ella le gustaba llamarle "Mi gitano". Maria Riva escribió que su madre no entendía el sexo como las demás personas, ella lo encontraba, lo practicaba y lo olvidaba de golpe, también dice que entre sus amantes figuraron nombres como Josef von Sternberg, John Wayne, Gary Cooper, Frank Sinatra, Maurice Chevalier, Yul Brynner, Kirk Douglas, Erich María Remarque, Stefan Lorant, Douglas Fairbanks Jr, Jean Gabin, Rudi Sieber. Para ella, el acto de amor supremo, aparte del sexual, era poderles cocinar o cuidarlos en cuanto abandonaban el dormitorio. Entre sus conquistas, la de Yul Brynner, relación que aireó en sus círculos íntimos, enorgulleciéndose de los envíos de ropa, pero Marlene todo esto lo desmintió cuando Brynner se fue a Hollywood para interpretar a Ramsés II en LOS DIEZ MANDAMIENTOS, y que muy sutilmente la actriz borró en su autobiografía.
Existió una relación, nunca aclarada oficialmente entre Yul y Sinatra, en principio se dijo que procedía del interés que el actor-cantante tenía para montar por dos años el musical EL REY Y YO, con Ann Margret y Brynner en Las Vegas, a lo que Yul se negó, después de rechazar las millonarias ofertas de Sinatra, aparte de ofrecerle la dirección del espectáculo. Se comenta que fueron muchas las reuniones que ambos tuvieron, pero el odio que su esposa sentía por Frank, fué mas fuerte que todo el oro que le ofrecía. A mi me parece un acierto que no llegaran a un acuerdo, fué la mejor manera de apartarse de un hombre mafioso y demasiado peligroso para tenerle cerca. Ambos en aquel tiempo se disputaban los favores de una Marlene Dietrich en plena forma, aunque Sinatra frecuentaba mas a Ann Margret, actriz excepcional, extraordinaria cantante y bailarina... Cuya carrera dependía totalmente de los caprichos de la Mafia. La historia de esta actriz es digna de ser contada para que el mundo sepa hasta que punto el poder de Sinatra era uno de los garfios mas afilados en el Hollywood de aquellos años. Después del tremendo éxito de LOS DIEZ MANDAMIENTOS y el musical EL REY Y YO, Yul Brynner llegó a ser uno de los tres actores mas cotizados del momento. Cuando estaba en Hollywood rodando LOS BUCANEROS, con Cecil B. de Mille..tuvo la oportunidad de reunirse con su amigo DeMille, el viejo patriarca de las superproducciones estimaba mucho a Yul y se dice que quiso animarle a ser director:
- "¿Qué tipo de director te gustaría ser?, ¿Como Elia Kazan o como de Mille ?"-
A lo que Brynner contestó:
- "Espero aprender los trucos del uno y del otro, no soy ambicioso. Y además podría crear la escuela Brynner. Tengo muchos defectos, pero ninguna falsa modestia"-.
Quiero hacer mención especial a su participación en el film SALOMÓN Y LA REINA DE SABA, al lado de una bellísima Gina Lollobrigida, donde el actor sustituyó a última hora a Tyrone Power, que falleció de un infarto mientras rodaba una escena. Brynner no dudó un instante en trasladarse a España, firmó un contrato con cláusulas bastante interesantes.... como era siempre habitual en él. Era ya una figura muy importante del panorama cinematográfico y se podía permitir el lujo de hacerlo, además la productora pensó que nadie como él podría sustituir a Tyrone Power en un film nada despreciable, por el que yo tengo bastante cariño, por varios motivos, primero por rodarse en España, otro por lo que me costó entrar en el cine, al ser clasificada en aquella España dictatorial como "film peligroso", junto con la historia de amor que cuenta, una de las mas creíbles de toda la Biblia, y otra por hacer ambos actores una atrayente pareja, con infinidad de momentos de gran intensidad erótica, Gina entonces era de una belleza insultante y casi perfecta, como salida de NOTRE DAME DE PARIS, y que dan al film un fondo colorista y espectacular como contadas veces he visto en un film de estas características. SALOMÓN Y LA REINA DE SABA, es una película que recomiendo, no por ser una obra de culto, pero si por reunir a un Yul insólito y a una actriz en su mejor momento artístico...Ambos rivalizaron en belleza y exotismo.
Yul Brynner, el actor murió en Hollywood en 1985, victima de un cáncer de pulmón, como consecuencia del tabaco. Después de su muerte se creó una fundación, para ayudar a otros enfermos de cáncer a sobrellevar la enfermedad. Brynner
Fue incinerado y sus cenizas enterradas en una parte remota de Francia, en los terrenos de la abadía de Saint-Michel Aubry de Bois, a poca distancia del pueblo de Luzé. No lloréis su perdida, ni lloréis nunca por la muerte de estos nombres, ellos han dejado lo mejor: SUS PELÍCULAS, y tenemos total acceso a ellas, es como si siguieran caminando hacia el mundo mágico de Oz, o tal vez nos lleven por los recónditos bosques que conducen a MANDERLEY, para total gloria de los que llevamos el cine en el corazón y porque la sabiduría comienza donde termina el conocimiento
UN ACTOR QUE LLENÓ EL CREPUSCULO DE SEXO