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ROBERT TAYLOR
EL ACTOR DE LOS MIL ROSTROS
Actor de cine estadounidense. Hijo de un médico rural, estudió música en el Doane College de Nebraska. A principios de los años treinta marchó a California para estudiar medicina en el Pomona College, estudios que abandonó para dedicarse a la interpretación. Debutó en el cine con un pequeño papel en Receta para la felicidad (1934), una producción de la 20th Century Fox dirigida por David Butler. Poco después firmó un contrato con la Metro Goldwyn Mayer, donde participó en el cortometraje Buried Loot, incluido en la larga serie "Crime Does not Pay",Su primer gran éxito fue Sublime obsesión (1935), de John M. Stahl, una producción de Universal Pictures en la que participó gracias a un acuerdo entre los estudios y que protagonizó junto a Irene Dunne. Sin duda uno de los mejores melodramas de su autor, Sublime obsesión cuenta la redención de un playboy gracias a su amor por una joven que queda ciega en un accidente provocado por él. De vuelta a la Metro protagonizó numerosas películas como galán romántico gracias a su atractivo físico, y rivalizó con el propio Clark Gable entre el público femenino. La publicidad del estudio le llamó "el hombre del perfil perfecto". Entre sus mejores películas de esta época destacó Margarita Gautier de George Cukor, vehículo para el lucimiento de Greta Garbo. Durante el rodaje de Contraseña, de William A. Seiter, conoció a Barbara Stanwyck, con la que se casó en 1939.
Una de las mejores películas de su carrera fue El puente de Waterloo, de Mervyn LeRoy, extraordinario melodrama en el que compartió cabeza de cartel con Vivien Leigh tras el enorme éxito de la actriz con Lo que el viento se llevó, la recomiendo, es un alarde de amor, pasión e historia....Nunca se olvida..... Durante la Segunda Guerra Mundial, Taylor prestó servicio como instructor en la división aerotransportada de la Marina, para la que dirigió diversos documentales de entrenamiento y participó como narrador en el documental The Fighting Lady. Tras la guerra intentó desprenderse de su imagen de galán e interpretó papeles más complejos en películas más oscuras, algo habitual en los años de la posguerra. Los policíacos Undercurrent, de Vincente Minnelli, o Traición, de Victor Saville, que protagonizó junto a Elizabeth Taylor, fueron dos buenos ejemplos de este cambio de registro.
Poco después, Taylor logró firmar un contrato con la Metro-Goldwyn-Mayer y estuvo vinculado a este estudio durante, prácticamente, toda su vida interpretativa. Además, el actor fue un fuerte baluarte comercial para la conocida compañía. Robert, en la segunda mitad de la década de los 30, realizó un sinfín de proyectos como Margarta Gautier' (1937), 'Tres camaradas' (1938) o 'Un Yanqui en Oxford' (1939), En los años 40 y 50, Robert continuó afianzando su posición de un romántico galán en el cine clásico. El actor participó en importantes títulos que alzaron su prestigio hacia el punto más alto de Hollywood: 'Escape' (1940), 'Senda prohibida' (1941), 'Bataan' (1943), 'Corrientes Ocultas' (1946), 'Quo Vadis' (1951), basado en una novela de Henryk Sienkiewicz, 'La Puerta del Diablo' (1950), 'Caravana De Mujeres' (1951), 'Los Caballeros del Rey Arturo' (1953), 'Prisionero De Su Traición' (1954), 'La Novia Salvaje' (1955), comedia en el Oeste con el co-protagonismo de Eleanor Parker, las dos dirigidas por Roy Rowland En los años 60, Robert Taylor se acomodó en la televisión con la serie 'Los Detectives' (1959-1962), interpretando al capitán Matt Holbrook, y participó en varias producciones menores como 'Pistolas En La Frontera' (1963) de Tay Garnett, 'Pampa Salvaje' (1966) de Hugo Fregonese o 'La Esfinge De Cristal' (1968) de Luigi Scattini, las dos últimas con participación española en la producción.
Entre lo más conocido de su producción en los años cincuenta destacaron sus filmes de época, por lo general adaptaciones de novelas históricas: Quo Vadis?, de Mervyn LeRoy, en la que interpretó a Marco Vinicio y, sobre todo Ivanhoe, de Richard Thorpe, se encuentran entre lo más representativo de su filmografía. Durante la Segunda Guerra Mundial ingreso en la Marina bajo el nombre de Spangler Arlington Brugh, con el rango de teniente como instructor de vuelo, de 1943 a 1945. También encontró tiempo para dirigir 17 películas de formación de vuelo y fue el narrador del documental premiado por la Academia The Fighting Lady. En 1947 fue citado a declarar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses sobre presuntas actividades de infiltración comunista en la industria cinematográfica. El 14 de mayo, en una sesión a puerta cerrada en el Hotel Biltmore en California, afirmó que el gobierno le había presionado para protagonizar Song of Rusia, retrasando su entrada en la Armada hasta que hubiera terminado la película. Afirmó que no quería hacerlo porque pensaba que era sin duda propaganda comunista. Louis B. Mayer negó la declaración de Taylor, y en una audiencia pública celebrada por la Comisión en Washington D. C. en octubre de 1947, presionado por MGM y HUAC, Taylor se retractó y declaró al presidente de HUAC que no fue obligado a hacer la película.
Después de una prolongada ausencia de la pantalla y del hogar durante su estancia en el ejército, la reanudación de su vida matrimonial y su carrera fue difícil. Lo que una vez fue considerado el matrimonio perfecto, pronto comenzó a derrumbarse y las películas que Taylor hizo en ese momento fueron insustanciales. Establecido como una de las grandes estrellas de la Metro, trabajó de forma ininterrumpida en todo tipo de producciones gracias a una profesionalidad y capacidad de trabajo que le convirtieron en ejemplo entre sus compañeros y con las que suplió sus carencias como actor. Su vida personal transcurrió tranquila y sin escándalos. Tras divorciarse de Barbara Stanwyck se casó, en 1954, con la también actriz Ursula Thiess. Chicago, años treinta, un filme policíaco en el que encarnó al abogado de un jefe mafioso (interpretado por Lee J. Cobb) y en el que formó pareja con Cyd Charisse, fue una de sus últimas grandes películas. Entre 1959 y 1962 protagonizó "The Detectives", una violenta serie de televisión en la que interpretó al detective Matt Holbrook. No abandonó el cine durante los años sesenta, pero sus trabajos ya no alcanzaron la categoría de los anteriores.
Apodado en los años 30 como “el hombre del perfil perfecto”, Robert Taylor enamoró a la gran mayoría del público femenino de su época gracias a su agraciado físico. En 1934, un cazatalentos de la productora MGM se fijó en él y decidió contratarle. Su debut en la gran pantalla –ya acreditado con su nombre artístico, Robert Taylor- llegó con un pequeño papel en Receta para la felicidad (1934), película dirigida por David Butler. Durante estos años rodó otras películas, pero su primer gran éxito fue con el largometraje Sublime obsesión, junto a Irene Dunne. Narra la historia de cómo el joven Robert Merrick le quiere devolver la vista a su enamorada Helen después de que todos le culpen a él de su ceguera. La película fue un gran éxito y el actor tuvo muy buenas críticas por su interpretación. Taylor intervino después en un gran número de películas importantes En 1954 se casó con la actriz alemana Ursula Thiess, con la que tuvo dos hijos. Durante la Segunda Guerra Mundial ingresó en la Marina, lo que hizo que el actor estuviese ausente en la pantalla durante un largo periodo de tiempo. Entre sus triunfos están Senda prohibida, donde tenía el papel protagonista de Johnny Eager, el cabecilla de una banda de delincuentes que consiguen burlarse de la justicia; Tres camaradas, tragicomedia de tres amigos que se enamoran de la misma mujer…Tras el fracaso en taquilla de la película La puerta del diablo (1950), Robert Taylor volvió a triunfar.
Después de la guerra, Robert Taylor decidió dejar en segundo plano su rol de galán romántico y los dramas de este género, y comenzó a hacer películas de otro tipo, como los thrillers Corrientes ocultas (1946), de Vincente Minnelli, o Traición (1949), de Victor Saville, una regular película en la que por primera vez compartió pantalla con Elizabeth Taylor. También coincidió con esta gran actriz en Ivanhoe (1952), film de aventuras dirigido por Richard Thorpe, que narra cómo Ivanhoe trata de conseguir el dinero para el rescate del Rey Ricardo Corazón de León. Fue nominada a tres premios Oscar y a dos Globos de Oro. Su rol de aventurero le iba bien y protagonizó varias películas de este género, como Los Caballeros del Rey Arturo, Todos los hermanos eran valientes o Las aventuras de Quentin Durward
Entre sus western destaca Caravana de mujeres (1951), donde interpretó el papel de un guía que debe llevar a un grupo de mujeres, de una manera segura, desde Chicago a California. Y en la década de los años 60, Robert Taylor trabajó para la pequeña pantalla en La llamada del Oeste y The detectives. Después de rodar en Austria Operación cowboy (1963) para la Walt Disney Productions, volvió a trabajar por tercera vez con Barbara Stanwyck en The Night Walker, última película de la actriz. Posteriormente participó en varias producciones menores, como Pistolas en la frontera (1963,) de Tay Garnett, Pampa salvaje (1966), de Hugo Fregonese o La esfinge de cristal (1968), de Luigi Scattini, las dos últimas con participación española en la producción.
Tras filmar la comedia de espionaje, Taylor se despidió del cine y de la vida
Falleció en Santa Mónica, California, se le diagnosticó cáncer de pulmón. Después de una larga lucha contra la enfermedad, falleció el 8 de junio de 1969 en St. John's Hospital, en Santa Mónica, a la edad de 57 años. Una multitud de celebridades y amigos asistieron a su funeral, entre ellos su ex-esposa Barbara Stanwyck y su amigo Ronald Reagan, entonces gobernador de California.