COMENTARIOS A
|
OLIVIA DE HAVILAND
EL VIENTO TAMBIEN SE LA LLEVÓ
Es imposible pensar en esta actriz y no recordar su inolvidable Melanie de GONE WITH THE WIND, es como hablar del amor sin haber experimentado el sentimiento mas profundo del hombre. Melanie y Olivia irán siempre unidas a la historia del cine, porque son parte fundamental de él, y todos los que nos dedicamos a ello de una u otra forma, debemos ser fieles a la realidad, y la mía en este caso es hacer honor a una actriz soberbia, de rasgos blancos como el algodón y poseedora de una fuerza interior que mana con solo detenernos unos instantes y contemplar cualquier imagen suya. Olivia es como aquella sufrida mujer del sur, se adivinaba el amor que sentía por sus semejantes y fué perfecta rival de aquella otra heroína que el cine puso siempre en lo mas alto para gloria y admiración de cuantos nos bañamos de él. Olivia es figura de un celuloide colorista que desprende cierto aroma a hogar, que nos envuelve con lo cotidiano, sin dejarnos apenas pensar que fué hecha para reinar, al lado de las figuras mas emblemáticas y famosas de toda la industria del cine. Admiro mucho sus comentarios sobre GONE WITH THE WIND, dentro del dvd del film, que a todos recomiendo.
Estaba tan perfecta en ROBIN DE LOS BOSQUES que duele decirlo, su presencia en el film es trascendental, nadie puede salir de ver la película y no sentir amor hacia Lady Marian, siempre al lado de Errol, componiendo un conjunto mas que perfecto del amor mas allá del mismo amor. Una historia que envuelve y que ella da el toque mágico de gran dama de la corte, subida en el carro del color mas atractivo que podía verse en aquellos años, envuelta en un vestuario de seda y raso, como queriendo hacer la competencia a las damas de Cecil B. DeMille. Su Lady Marian es el reposo del guerrero, el canto dulce en las noches de los bosques de Sherwood y esa mujer que todos buscamos entre los caminos, la que enfermos intentamos aferrar y que se escapa de las manos, porque está compuesta del resplandor intangible que producen los sueños. Es difícil separar la leyenda de Robin y no dejarse embriagar por el misterio de los bosques de Sherwood, porque en ellos vimos por vez primera la presencia de una dama de la corte, cuyo nombre solo lo podían pronunciar los propios Ángeles y que dió vida, como nadie pudo hacerlo una actriz llamada Olivia de Havilland.
Los años pueden haber dejado marcas en su piel, le habrán encanecido el pelo y robado esbeltez a la figura, pero su tibieza es la misma, Olivia conserva en los ojos esa benevolencia dulce, esa cordialidad transparente en la que apenas si se colaba a veces una chispa de picardía o de malicia. Olivia de Havilland ya no es la heroína que aguardaba a su valiente aventurero con los brazos abiertos cuando éste salía airoso de un lance; tampoco la heredera riquísima asediada por galanes codiciosos, ni la enferma mental sometida a agresivos tratamientos, tampoco la visitante que escondía tras el gesto amable una insospechada maldad. Hace tiempo que todo ello le abandonó y le dijo adiós o el mismo viento de Tara se lo llevó, anulando a las criaturas de ficción que ella interpretó como nadie. Después de haber asumido muchos compromisos con el cine, la TV y el teatro, es una señora serena y simpática que vive su plácido retiro en París, donde reside desde que se casó con Pierre Galante hace mas de 50 años y sigue enamorada de la elegancia de la ciudad y de la independencia de los franceses. Muy de vez en cuando, como por ejemplo cuando se cumplieron los 70 años del estreno de LO QUE EL VIENTO SE LLEVO y se le rindió un homenaje, accedió a los medios, reclamada incesantemente y vuelve a aparecer en público. Pero ella prefiere ahora el calor familiar. Su nombre y su figura, de todas formas, nunca están ausentes del todo: para los mayores, porque forma parte de los recuerdos que ha dejado el cine en sus vidas; para los más jóvenes, la curiosidad de admirarla..
Olivia de Havilland es una de esas estrellas que siempre se opuso al encasillamiento propuesto por los estudios de Hollywood y peleó por papeles más comprometidos, con mas carne interpretativa, donde pudiera demostrar sus verdaderas cualidades. Pasó de ser una linda y delicada heroína de los films presuntamente dominados por la presencia del macho masculino, como lo fué especialmente con Errol Flynn, a papeles menos pasivos y por los que siempre luchó con uñas y dientes. Lo demostró sobradamente al dar inmensidad humana y conmovedora dimensión a su Melanie de GONE WITH THE WIND, que crecía en generosidad en la medida en que se revelaba el egoísmo y notoriedad de la protagonista de protagonistas, como era la Scarlet de Vivien Leigh. Sobre Lo que el Viento se Llevó, que le valió una nominación para el Oscar a los 22 años por su interpretación, ha dicho:
" Fué una de las experiencias más extraordinarias y satisfactorias de toda mi vida. Era la primera vez que interpretaba a un personaje real y no simplemente bidimensional. Melanie era una persona preocupada por los demás, pero también una mujer inteligente y dura. Aunque por encima de todo era una mujer feliz, con una capacidad extraordinaria para ser feliz. Recuerdo que todo el mundo creía que la película iba a ser un colosal fracaso, debido a la costosa búsqueda de una intérprete para el personaje de Scarlett O'Hara, aquello duró casi tres años y tuvimos que sufrir la sucesión de tres directores, George Cukor, Sam Wood y finalmente Victor Fleming. La prensa de todo Hollywood estaba aburrida mucho antes de que terminase el rodaje, se hacían conjeturas si al final se terminaría, si todos resistiríamos los continuos cambios....Pero yo, no, siempre creí en ella, estaba convencida de que la película triunfaría porque contaba una historia real con personajes de carne y hueso."
Tras LO QUE EL VIENTO SE LLEVO, comenzó su lucha y su escalada reclamando papeles vigorosos. Olivia tenía un fuerte carácter que demostró al defender sus derechos:
"Luchó como una tigresa para liberar a los actores de su perpetua esclavitud", dijo en una ocasión Bette Davis, y ello le costó una suspensión por seis meses en Warner, el estudio que la tenía contratada. Al término de su contrato quisieron ampliar esos seis meses, pero presentó una demanda ante la Justicia y ganó. Tal demostración de su independencia y de la firmeza de su temperamento no era la primera que sucedía en su vida, ya a los 16 años, por no congeniar con el nuevo marido de su madre, George Fontaine, abandonó el hogar. Se dice también que en su adolescencia se negó a intervenir en una versión estudiantil del "Sueño de una noche de verano", pero la disuadieron pronto, y tuvo suerte, porque allí la vio Max Reinhardt y se la llevó para que fuera Hermia en la versión teatral de la pieza de Shakespeare que dirigió en 1934 y en la película que se rodó después, con Mickey Rooney como Puck. Este fué el comienzo de una carrera brillante, donde fué acumulando papeles de heroína romántica a los que parecía destinarla su belleza apacible y su gesto dulce. Varias veces candidata al Oscar, lo ganó en dos ocasiones: por "Lágrimas de una madre" y "La heredera". Y recibió numerosas distinciones, entre ellas la correspondiente a la mejor actriz en el Festival de Venecia de 1948 por NIDO DE VÍBORAS. Antes de unirse en 1955 al francés Galante, por entonces editor de Paris Match, estuvo casada con el novelista Marcus Goodrich, de quien se divorció en 1953. Tuvo una hija con el primero y un hijo con el segundo.
Pero en la vida de Olivia hay muchas lagunas que nunca se han resuelto, lugares opacos a los que nadie ha tenido acceso, como por ejemplo; su verdadera historia con James Stewart, con el que mantuvo una relación de varios meses, y de la que nadie apenas habló, debido a la estima que se les tenia a ambos en el mundo del cine. Se llegó a decir que en ese tiempo, la actriz mantuvo a raya a Errol Flynn, su compañero en varias películas, no contándole sus amores con Stewart, por miedo a sus celos y ante las numerosas proposiciones que de él recibía. Olivia nunca olvidó a sus compañeros de rodaje, se dice que era tremendamente cariñosa con todos, que conservó la amistad con muchos de ellos hasta bien avanzada su edad, recibiéndolos en su casa de Paris. Olivia era una mujer de rostro angelical, pero de una fuerza interior enorme y generosa. Sobre este punto quiero hacer una pequeña observación; Cuando Bette Davis, ante la negativa de Vivien Leigh de trabajar juntas en CANCIÓN DE CUNA PARA UN CADÁVER, propuso a Robert Aldrich el nombre de Olivia de Havilland para sustituirla, recibió como respuesta una carcajada por parte del director, negándose en principio a aceptarlo. No podía asociar a la Lady Marian de ROBIN DE LOS BOSQUES con el corrosivo personaje que debía interpretar en HUSH HUSH....SWEET CHARLOTTE, las palabras e insistencia de Bette, hicieron que hoy en día podamos disfrutar de este duelo interpretativo en un film al estilo de QUE FUE DE BABY JANE, y admiremos a una Olivia de Havilland totalmente insólita, bordando un papel extraordinariamente difícil, pensado en un principio para Joan Crawford, Khatarine Hepburn y Vivien Leigh. Creo que el film merece la pena ser visionado ahora y comprobar como ni el tiempo, ni la técnica, y mucho menos las actrices que nos invaden en la actualidad, podían ofrecer un lienzo tan macabro y a la vez creíble sobre la maldad humana.
De todos es sabido que Olivia de Havilland y Joan Fontaine son hermanas, pero siempre existió por parte de Joan un cierto distanciamiento producido por la envidia que sentía. En círculos de Hollywood se rumoreaba que Joan siempre iba desprestigiando el talento de su hermana, catalogándola de pueblerina, de esconderse tras ese rostro de buena persona, una realidad muy distinta y los problemas que causó siempre a sus padres. Pero la lengua de Joan era aún mas venenosa, llegó a acusarla de ser, durante la segunda guerra mundial y en unión con Errol Flynn, una importante espía al servicio del nazismo, por lo que cobraba grandes cantidades de dinero. Esto nunca se ha llegado a confirmar, y cuando llegó a oídos de Olivia, la actriz no hizo comentario alguno, simplemente cortó su relación con ella. Las dos actrices pasados los años llegaron a coincidir en ocasiones en eventos de cine, pero apenas se dirigían la palabra, en 1975, un incidente acabó por distanciarlas definitivamente: la muerte de su madre. Olivia organizó una ceremonia a la que Joan no asistió: según ella, su hermana no la invitó; según Olivia, Joan se desentendió del asunto. Lo cierto es que ambas hermanas desde ese momento dejaron de hablarse definitivamente. Joan llegó hasta a distanciarse de su propia hija porque ésta seguía manteniendo una buena relación con su tía. Personalmente pienso que las acusaciones de Joan eran bastante fuertes, y no pudieron justificarse, lo cierto es que Olivia siempre mantuvo una extraña relación con Flynn...¿amistad?..¿compañerismo?....Nunca se ha esclarecido si hubo algo mas entre ellos, solo ella lo sabe, y espero que en las memorias que actualmente está escribiendo, nos aclare este punto, lo cierto es que cuando contemplas a la pareja en la pantalla, las chispas entre los dos actores es claramente perceptible...En sus memorias el actor habla de una manera especial de Olivia, confiesa que fué la mujer de su vida, que siempre estuvo enamorado de ella y que caminaría desnudo por la avenida mas grande del mundo, con tal de conseguir los favores de la actriz. Joan Fontaine por su parte contaba que su hermana fué durante años la amante de Errol, y que se siguieron viendo a pesar de que Olivia ya estaba casada. Apuntó a que huían con frecuencia en el barco del actor, perdiéndose durante semanas por la costa azul, lugar donde Olivia se sentía plenamente feliz, adoraba Francia, de hecho formó su residencia en Paris, como es sabido, pero Joan nunca paró, siempre tenía alguna exclusiva sensacionalista sobre la pareja, y llegó a escribir al marido de su hermana, cartas que no conseguían mas que ir directamente a la papelera. Así, de esta forma han llegado hasta nuestros días. Joan vive retirada en su casa de Carmel, en California, y Olivia mas vital que su hermana, tuvo fuerzas hace poco tiempo de viajar de Paris a Hollywood para recibir un homenaje.
Olivia fué muy feliz con sus dos maridos, una mujer completamente satisfecha y dedicándose a lo que mas le gustaba el cine, cuando la llamaron por ejemplo en colaboraciones que hizo en películas de catástrofe, cobrando sumas muy interesantes, el teatro en Francia también supo de sus pasos por los escenarios, y aparte de la jardinería, donde es una experta, su mayor afición es escribir día a día en su libro de memorias, que aún no se sabe cuando saldrá a la venta. Muchas editoriales están detrás, pero según unas ultimas declaraciones hechas a un periódico francés, no quiere correr demasiado, y dañar el nombre de todos los que fueron parte de su vida artística. Sobre este punto, creo importante la opinión de la actriz sobre el entorno que rodeó su vida durante tantos años:
"El negocio de la televisión es un medio que anula el talento, acabando por destruir al ser humano también. Esos hombres en sus torres negras no saben lo que están haciendo, es un trabajo de esclavos, no hay elegancia, ni tiene sabor. Ahora todo está financiado por multinacionales, no tienen clase, talento, carecen de entrega.....Los únicos que luchamos por el publico somos los artistas.."
"Las personas famosas sienten que deben estar siempre en la cresta de la ola, y eso no es bueno, está en contra de todas las reglas de la vida. No se puede estar todo el tiempo en la cima, no es natural."
"Clark Gable era un autentico profesional. Él era una estrella mucho más grande que todos nosotros. Yo era simplemente una mini-estrella cuando rodamos LO QUE EL VIENTO SE LLEVO. Tenia miedo hasta de hablar con él, no podía mirarle a los ojos. Quizá esto hoy en día no se pueda entender, pero todos sentíamos un gran temor ante Clark, en cambio él nos abrió las puertas y fue todo como un camino absolutamente maravilloso."
"Yo estuve enamorada de Errol Flynn durante el rodaje de EL CAPITÁN BLOOD, pensé que él estaba quebrantando absolutamente todas las reglas de la moral, siempre rodeado de mujeres y de oportunistas, le veía como un aventurero y así fue mientras duró nuestra amistad, esto él nunca lo supo. Errol estaba fascinado conmigo, pero nada de lo que yo veía en su persona consiguió hacerme cambiar, a pesar de mis sentimientos. No tuve valor o quizá no quise estropear mi vida."
"Cuando me ofrecieron interpretar UN TRANVÍA LLAMADO DESEO en cine, me sentí muy halagada, había visto la obra en Broadway por Brando y Jessica Tandy y me seducía el papel, esa mujer maltratada por la vida, sureña y soñadora, débil como una mariposa y a la vez grotesca, pero no me sentí con valor de meterme en la piel de Blanche como mas tarde haría mi inolvidable Viv, yo era incapaz de hablar como ella, de sentir como ella y de reprimir mis sentimientos hasta partirme en dos. Cuando Viv me comunicó que le ofrecieron el papel, me sentí muy contenta y recé por ella, estaba atravesando una de sus etapas peores y su matrimonio era un desastre. Cuando ví la película comprendí que hice lo mejor, sentí una envidia sana como profesional por haber tenido entre mis manos la oportunidad de interpretar a Blanche y una profunda admiración por mi amiga Viv...No creo que vuelva a existir en la pantalla una Blanche Dubois como la que recreó ella, estaba sencillamente maravillosa. Con respecto a la obra que Brando y Jessica interpretaron en el teatro, debo confesar que la ví como unas veinte veces, siempre fuí sola, disfrazada con gafas oscuras. No quise ser reconocida, pero aquel personaje en cierto modo me obsesionaba, y quise por todos los medios tener valor para decir sí a Elia Kazan, pero fué inútil. Luego la película, a la que tengo un cariño especial y la veo muchas noches en casa es como un referente de la interpretación femenina de todas las épocas. Viv estaba esplendida, en cada plano respiraba, sufría, reía y se trastornaba como la propia Blanche. Kazan supo lo que tenia en sus manos y junto con Brando alcanzó unas cuotas que hoy en día no alcanza ningún film. Adoro todo lo relacionado con UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, y me siento muy orgullosa de haber sido muy amiga de Vivien Leigh, ella era tan especial, tan delicada en todo y a la vez tan fuerte....!!Cómo la recuerdo!!."
"Elegí Paris para vivir porque no existe en el mundo una ciudad como esta. Es elegante y mundana como la mas llamativa de las joyas, tiene un brillo que envuelve, una libertad que la hace única y un color que solo puede existir en los lienzos de Monet. Adoro Francia, y amo Paris, es mi hogar, es mi casa como diría Scarlett al final de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ..... Creo que la ciudad me eligió o yo le elegí, no lo recuerdo. Pero bajo su cielo he sido la mujer mas feliz del mundo".
Recuerdo con enorme placer el día en que la ví en un papel dramático muy diferente a lo que me tenia acostumbrado Olivia de Havilland, o lo que yo pensaba que era Olivia encadenada siempre a esa bondadosa Melania del film de todos los films. Fué en un cine de los llamados arte y ensayo en el Madrid de los setenta, donde abundaban las salas para gente que busca algo mas en el cine que una simple película. En aquel cine, muy cerca de la Gran Via madrileña, o el Broadway español como es llamada, proyectaban LA HEREDERA, del director William Wyler, era una película de esas que cuando contemplas su factura, o sus imágenes, sientes que estas ante un posible melodrama trasnochado de tintes folletinescos....Nada mas lejos de la realidad, y para ser justo, diría que el personaje de Catherine Sloper; " solterona tímida y poco agraciada que durante un baile de sociedad es seducida por un joven bien parecido llamado Morris Townsend y que en cuestión de días ella se enamora, pero el rechazo de su desconfiado padre, un siempre excelente Ralph Richardson, hacia el joven pondrá en peligro la inmensa fortuna que Catherine heredará en un futuro, en el caso que contraiga matrimonio con el joven...." Posee unos lacerantes, críticos y bellos diálogos, y la música de Aaron Copland contribuyen a dar mayor esplendor a un film inolvidable e imperecedero, que de lo único que puede pecar es de ser excesivamente íntimo, bello y romántico. En resumen; una autentica obra maestra.
Solo me queda esperar a la publicación de esas esperadas memorias de una de las vidas mas interesantes e importantes que han pasado por la galaxia del cine. Su avanzada edad, su enorme capacidad para recordar, como demostró en la edición del DVD-70 aniversario de GONE WITH THE WIND, me va a reportar momentos infinitamente gratos relacionados con este mundo al que amo profundamente. Estoy seguro que Olivia pondrá la guinda a todos los comentarios que se han publicado, a las entrevistas que ha concedido, y a los rumores que circularon sobre su persona, sobre su hermana Joan Fontaine, etc. etc..... Ese es mi deseo y sobre todo que los dioses le den capacidad para finalizarla de manera natural, a pesar de su edad. Dicen que los actores no tienen edad, que son inmortales, pero estoy seguro es que muchos de ellos se tejieron con hilo de oro y el humo de los sueños, el sueño de millones de personas de habitan este planeta y que tienen el cine en el lugar que se merece.
El Séptimo Arte es un campo minado, pero mágico hasta decir basta. Las películas nos hacen transportarnos a otros mundos, a vivir otras vidas y admirar el enorme trabajo de cientos de actores que ocupan las pantallas de los cines, derrochando una profesionalidad que, en algunos casos son mucho mas que eso, son momentos y ráfagas de puro arte. Ningún arte muere así como así, ni los propios actores tienen el privilegio de irse al lugar donde nos encontraremos algún día, sin haber grabado sobre fuego unos trabajos que son en muchas ocasiones, es la admiración de todos los que seguimos día a día, este noble arte y que están tan vivos como el primer día.
De Havilland narró el documental de 2009, trata sobre la importancia del arte en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. El 22 de marzo de 2011, se presentó la película en una proyección especial en París. El 17 de noviembre de 2008, a la edad de 92, Olivia de Havilland recibió la Medalla Nacional de las Artes. El 9 de septiembre de 2010, a la edad de 94 años, fue nombrada Caballero de la Legión de Honor, una distinción que otorga el presidente de la República Francesa. En febrero de 2011, apareció en la ceremonia de entrega de los Premios César. Jodie Foster la presentó y De Havilland recibió una ovación con el público puesto en pie.
En junio de 2017, con casi 101 años de edad, Olivia fue nombrada Dama del Imperio Británico por la reina Isabel II.
Falleció por causas naturales el 26 de julio de 2020 a los 104 años de edad en su residencia de París mientras dormía,
apagándose con ella la última estrella de una época dorada.
Olivia de Havilland pertenece a estos últimos, es de una casta que no necesita presentación, ni el ser recordada, porque siempre camina descalza sobre el sendero de pasos vacíos, donde sus serpenteados conductos la llevarán a Manderley.....