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MARLON BRANDO
UNA INSTITUCIÓN EN EL MUNDO DEL CINE
Los comentarios que siguen a continuación son de Andrew Coven, intimo del actor:
“Me prometió hacerlo él, pero quiso que fuera yo el que lo contase y surgió, " Las canciones que mi madre me enseñó"
Una autobiografía, donde el actor recibió 5 millones de dólares por 468 páginas, pero sin nombrar a sus esposas, pero si a sus hijos. Este manuscrito lo he tenido oculto mucho tiempo...A la vez, el periodista Peter Manso sacó su obra "Brando, the biography". Su visión fue muy distinta a la que se da en su autobiografía. "Investigar para el libro ha sido como recorrer una cloaca en un barco con el fondo de cristal", resumió Manso, que abordó el lado más tenebroso de Brando. Sin olvidar el efecto devastador para la vida y la carrera de la mayoría de las personas que le han conocido. Sobre todo, sus relaciones con las mujeres, a cual más tremenda, que olvidó mencionar, tan convenientemente, en Las canciones que mi madre me enseñó. Las disputas e intentos de suicidio de Anna Kashfi, su primera esposa, la madre de su hijo Christian, las demandas por alimentos de Movita, su segunda mujer, madre de Miko y Rebecca. Su intento de convencer a Tarita para que abortase de Tehotu, hermano mayor de la malograda Cheyenne. En algún lugar entre las memorias autocomplacientes de Brando y la biografía descarnada de Peter Manso, se encuentra lo que queda del verdadero Marlon Brando... Un muchacho rebelde, inquieto, pero de buen corazón, nacido el 3 de abril de 1924 en Omaha, Estado de Nebraska, una tierra de indios colonizada por centroeuropeos. Su infancia parece sacada de un programa televisivo. Una historia de las que acaban con su protagonista entre rejas. Familia originaria de Alsacia y Holanda, cuyo apellido evolucionó de Brandeau, a Brandaus y Brandows, antes de acabar en Brando. El padre, un representante mujeriego. La madre, una aspirante a actriz que renunció al arte y acabó en esposa maltratada, mitigando su frustración con el alcohol. Los frecuentes traslados de la familia, impuestos por la profesión del padre, y los escándalos de la madre, completan la niñez itinerante de los hermanos Brando: las chicas, Jocelyn y Frances, y el pequeño Marlon. Semilla del futuro inadaptado, que hizo de Budy, como le apodaban en casa, un diablo en el colegio. En 1942, con 17 años, al poco de entrar Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, su padre le internó en una academia militar. No sólo no compartía el espíritu patriótico que había inflamado a la juventud americana sino que siempre ha odiado la disciplina. En contra de lo previsto, se libró del alistamiento para combatir. La leyenda mantiene que porque los militares le tacharon de problemático y desequilibrado. La causa oficial fue, sin embargo, su miopía y una lesión de rodilla que había acabado poco antes con su ilusión de dedicarse al deporte. Sin otra cosa mejor que hacer y deseando alejarse de un hogar que ya le era insoportable, recaló en Nueva York, ciudad que veía como el ideal de la bohemia con la que soñaba. Allí siguió la tradición de los actores que empiezan e hizo todos los trabajos imaginables. En general, le duraban poco, como el empleo de ascensorista de unos grandes almacenes, en el que sólo aguantó 4 días, incapaz de superar la vergüenza que le causaba tener que anunciar en voz alta la planta de lencería. El agrupamiento de los hermanos Brando en Nueva York, huyendo de su casa, recuerda al que reunió años más tarde a Julia Roberts y sus hermanos. Llegó primero Frances, que acogió en su casa a Marlon y, por último, a Jocelyn. Todos los Brando probaron suerte como actores pero sólo uno, Marlon, alcanzó la cima. Escuelas de interpretación y grupos alternativos le llevaron a una fecha histórica, el 3 de diciembre de 1947.
No figura en las enciclopedias, pero ese día tuvo lugar una de las mayores revoluciones del modo de interpretar en la escena y el cine norteamericano. Fue la noche en la que Marlon Brando debutó en Nueva York, como protagonista de Un tranvía llamado deseo, en el teatro Ethel Barrymore, el local que honra la memoria de esa gran dama de la escena en Broadway... La ovación duró media hora. "En aquellos días, la gente sólo se ponía de pie al escuchar el himno nacional", recordaba impresionada Irene Selznick (esposa de David O. Selznick)..
Marlon contó que:
"Aquella noche fue la primera vez en mi vida que vi al público levantarse para aplaudir y la primera vez que vi que los empresarios teatrales se quedaban hasta el último telón".
Al salir Brando a escena para saludar, los aplausos se hicieron ensordecedores. Había nacido una estrella pero, más importante aún, había triunfado un nuevo modo de afrontar la interpretación, "el método". Sus profesores, Stella Adler, Lee Strasberg y Elia Kazan eran los sumos sacerdotes en Estados Unidos de las técnicas del ruso Kostantin Stanislavsky, y la escuela llamada Actor's Studio, donde impartían sus enseñanzas los dos últimos, su templo. Hasta entonces, los actores americanos se alimentaban de las técnicas heredadas de la encorsetada tradición teatral de Inglaterra y Europa, en general. La aparición de Brando, que era símbolo de fuerza y vitalidad del nuevo continente, redujo a naftalina todo lo visto hasta entonces y abrió el camino al recambio generacional que aportó la plana mayor del alumnado del Actor's Studio: Paúl Newman, Joanne Woodward, Steve McQueen, Shelley Winters, James Dean y Montgomery Clift. Se rechazaba la idea de que los personajes se componían desde fuera, a partir de trucos del oficio. Había que meterse en su psicología, sentir como lo harían ellos, de modo que el resultado fuera el fruto de una emoción interior verdadera. Brando impuso en Hombres, su primer film, la moda llevada luego al absurdo, de preparar a fondo sus papeles. Él vivió un mes en una clínica especializada, sin apearse de una silla de ruedas, porque iba a encarnar a un parapléjico. Hollywood se enamoró de la novedad y Brando recibió ofertas de todos los estudios. Él, no obstante, marcó la distancia desde el principio, estableciendo lo que ha sido siempre su norma de conducta con la industria del cine. Le encanta el dinero de las películas pero desprecia todas las servidumbres de la fama. Ha sido una estrella tan atípica que nunca ha coleccionado la multitud de recortes de prensa que aparecen sobre él. Un suceso durante los ensayos de Un tranvía llamado deseo demuestra que siempre ha ido contracorriente. En los descansos, mataba el tiempo con encuentros amorosos en su camerino o practicando boxeo. En uno de esos combates se partió la nariz. Su belleza dejo de ser perfecta pero su rostro ganó carácter. Al menos eso le pareció a él y nunca se la arregló. La mayoría de estrellas, en cambio, empieza su carrera aumentando su atractivo con operaciones de estética.
Nada mas llegar a Hollywood, fué nominado cuatro años seguidos al Oscar, con Un tranvía llamado deseo, Viva Zapata, Julio César y La ley del silencio, ganando la primera de sus dos estatuillas por esta última cinta. Ese año estrenó ¡Salvaje!, título que impuso la chaqueta de cuero y los vaqueros como prendas habituales para montar en moto, haciendo de ellas las señas de identidad de la rebeldía juvenil y de la naciente era del rock. Lo mismo que los brutos de sus películas, él hacía todo lo que le apetecía y su afición preferida era provocar. Le gustaba fingir que se le caía el bocado de la boca al comer y se tiraba largas secuencias de pedos, espaciándolos entre sí, mientras conversaba con alguien, para ver su reacción. Lo curioso es que cuanto más despreciaba a Hollywood, más se le admiraba, siendo el primer actor que ganó un millón de dólares por la película Piel de serpiente. A mediados de los años cincuenta despuntaron también James Dean y Marilyn Monroe, otras grandes leyendas. Una muerte súbita de Dean en 1955 y Marilyn en 1962 jugó a su favor y los hizo inmortales. Brando, que se había convertido en mito antes que ellos, no pudo soportar, en cambio, la prueba del tiempo. Rechazó los protagonistas de Lawrence de Arabia y Dos hombres y un destino...Su vida sentimental se descomponía, su matrimonio con Anna Kashfi, con la que se casó porque le engañó diciéndole que era de la India, duró un año. Tuvieron un hijo, Christian, y se pasaron años en los tribunales litigando por su custodia e hicieron de él un desgraciado, alcohólico desde los 14 años. En 1991, el muchacho acabó condenado a prisión en 1996 por matar al novio de su hermanastra Cheyenne en la mansión del actor. La peor venganza de Kashfi fue publicar unas memorias explosivas (Brando for Breakfast), desvelando intimidades del actor y haciendo afirmaciones humillantes sobre él. Por ejemplo: "Físicamente no es un varón bien dotado. Suple la deficiencia con una exagerada devoción hacia su miembro, al que llama con pedantería `mi noble herramienta'". Contó que le gustaban las mujeres morenas, de origen exótico...
Marlon acabó aceptando que "como muchos hombres he tenido experiencias homosexuales y no estoy avergonzado de ello". De todas las que le han atribuido destacan dos. La que le unió al actor y director francés Christian Marquand, por el que, según Kashfi, puso su nombre a su hijo. Más la relación con Jack Nicholson durante el rodaje de Missouri, pero que ninguno de ellos ha negado. Durante años se dedicó a apoyar causas como los derechos de los indios americanos y pasando largas temporadas en el atolón que se compró en Tahiti mientras rodaba Rebelión a bordo. Todos lo consideraban acabado cuando resurgió en 1972 con dos clásicos: El padrino, por el que ganó su segundo Oscar, aunque lo rechazó enviando a una india y El último tango en París. De nuevo, demostró que era grande, inmenso y único.
Budy impuso la moda de las apariciones breves pagadas a precio de oro. "Marlon Brando ganó por un total de 20 minutos en la pantalla más dinero que cobró Clark Gable durante sus 20 años en la Metro Goldwyn Mayer", -dijo Billy Wilder-. Los gastos provocados por la detención de su hijo Christian y el suicidio de su hija Cheyenne le arruinaron, obligándole a trabajar en cintas de dudosa calidad pero con enormes sueldos. No ha perdido las ganas de vivir y sigue teniendo hijos, por ejemplo con su criada hispana, madre de Ninna, Myles y Timothy, éste último nacido cuando tenía 71 años. La prensa colombiana anunció en noviembre pasado que había convencido a Gabriel García Márquez para hacer El otoño del patriarca, película con la que quiere retirarse. Un día se dijo de él que tenía "cuerpo de gladiador y rostro de poeta". Hoy, que es un anciano con más de 150 kilos de peso, pero a pesar de todo... ¿Será verdad que las leyendas nunca mueren?. Quiero recordar que en la primavera de 1943, mientras los aliados estaban más cerca de la victoria sobre el Tercer Reich y las fuerzas norteamericanas todavía mataban y morían en el Pacífico, Marlon golpeó la puerta del 31 West, 27th Street, 3rd Floor, entre Broadway y 6º. Avenue… Era el Actors Studio. Era una casa, sí, mucho más... un templo, allí enseñaba actuación Stella Adler, que moldeó a algunos de los más grandes de la pantalla…Lo miró, y casi le impidió la entrada. Un pantalón raído, unas zapatillas que habían conocido tiempos mejores, y una mirada algo altanera le sugirieron más un vagabundo de los muelles que un aspirante actor. Pero –los grandes artistas tienen más de cinco sentidos–, algo intuyó cuando le preguntó su nombre y, mirándola fijamente con unos ojos difícilmente olvidables, le dijo, "Marlon Brando"… Y Stella le abrió la puerta.
Conocido por sus caprichos en los sets de rodaje, algunos inadmisibles hasta para la más caprichosa leyenda y que le convirteron en persona non grata en la mayoría de producciones de Hollywood , se dice en la meca del cine que Brando llegó a amenazar con abandonar «El Padrino» si Burt Reynolds fichaba por la película. Reynolds, que además de rechazar a Coppola también se negó a meterse en la piel del Han Solo de su amigo George Lucas, era consciente del poco aprecio que le tenía Marlon Brando, así como de los chismes sobre su amenaza para evitar que interpretase al futuro Capo de los Corleone . Sin embargo, así como con el tiempo se arrepintió de abrirle camino a Harrison Ford en Star Wars, nunca hizo lo propio en la daptación del libro de Mario Puzo.
Marlon ingresó en el Taller Dramático de Erwin Piscantor, donde le fue asignada como profesora Stella Adler, antigua alumna de Constantin Stanislavsky. Stella, como dije, se percató inmediatamente del talento de Brando, quien por primera vez en su vida se convirtió en un estudiante diligente. Con Stella aprendió que actuar era algo más que un bagaje de trucos técnicos, más que mímica, más que pasear con gracia sobre las tablas o declamar adecuadamente. Interpretar era un proceso creativo donde el actor tenía que hacer uso de todas las fibras de su personalidad, de toda su experiencia, de su conocimiento y de sus observaciones para dar forma a las ideas del autor. Para ampliar estos conocimientos, se inscribió en cursos de francés, artes plásticas y filosofía; estudió baile, esgrima y yoga, así como las expresiones de amigos y conocidos, almacenando sus impresiones para futuras experiencias. Por entonces y aunque era algo taciturno e inaccesible... pronto fue considerado el “mejor actor del Taller”. Apareció en obras de teatro como I Remember Mama y Truckline Café, dirigida por Elia Kazan, pero el éxito llegó en 1947 con Un tranvía llamado Deseo, obra Tennessee Williams dirigida por Elia Kazan donde también actuaban Kim Hunter, Jessica Tandy y Karl Maden. Brando interpretó el personaje de Stanley Kowalski... durante año y medio. Kowalski se fue adueñando de él en los momentos en que el tímido Marlon se enfrentaba a desconocidos. Comenzó en aquellos años un tratamiento psiquiátrico que se extendería durante años.
En aquella años, el actor Jack Palance le rompió accidentalmente la nariz a Marlon y este se negó a operarse. Su nueva nariz le daba un aspecto más duro y sexy a un rostro hasta entonces excesivamente perfecto... La vida de Marlon estuvo llena de matices, de luces, sombras, amores, desamores y de una ambigüedad que a Hollywood le venia muy bien para resaltar la figura de un actor que marcaría con letras de oro la Historia del Cine, porque papeles como el de Un Tranvía llamado deseo, El Padrino o Reflejos en un ojo dorado, no estaban entonces, ni ahora mismo en la meca del cine. Su primera película en Hollywood fue Hombres, una producción de Stanley Kramer dirigida por Fred Zinnemann, donde daba vida a un veterano de guerra paralítico que se incorporaba dolorosamente a la vida civil. Antes de iniciar el rodaje vivió durante un mes como un parapléjico más en el Birmingham Veterans Hospital. De regreso en Nueva York, reemprendió sus clases en el Actors Studio, que estaba dedicado a promocionar el sistema interpretativo y al ser Marlon Brando el primer componente del grupo, se convirtió en el actor modelo del Método. Los jóvenes estudiantes imitaban los detalles superficiales de su actuación, sus demoradas entradas, el arranque de una frase, su represión emotiva o violencia. Pese a que el nombre de Marlon Brando aparece ligado al del Actors Studio, su personalidad inconstante e independiente le impedía estar ligado a sus prácticas. Hombres recibió buenas críticas en general, pero fue la adaptación de Un tranvía llamado Deseo, la que lo catapultó a la fama. Aunque los periodistas vaticinaron que esta película acapararía todos los Óscar, solo Vivien Leigh, Kim Hunter y Karl Maden recibieron las estatuillas... finalmente el Óscar al mejor actor fue para Humphrey Bogart... Quizá La Academia se negó a premiar a un actor que desdeñaba a Hollywood.
La primera vez que vi a Brando debió ser en Rebelión a bordo, una película de aventuras típica, el Marlon Brando que se prendió de mi retina fue, como corresponde a la alteración hormonal, el de películas con un mayor contenido romántico: enamorado de una dulce Jean Simmons en Desirée y de Miiko Taka en Sayonara. Pero sobre todo lo recuerdo enfundado en la camiseta de Stanley Kowalski en Un tranvía llamado Deseo….La escena en la escalera... Muy joven todavía, la suya fue la primera biografía que leí de un actor o actriz: Marlon Brando, Gary Carey. Laurence Olivier o Vivien Leigh..... Maltratado físicamente y con el alma desgarrada, sus personajes eran hombres emocionalmente vulnerables pero, al mismo tiempo, salvajemente peligrosos. Imposible no dejarse impresionar por un animal tan atormentado. El primero de Julio de 2004 murió el considerado “mejor actor de todos los tiempos”. No voy a discutir aquí la pertinencia de esta etiqueta. Uno siempre se convierte en el mejor cuando muere: pregúntenle a James Stewart, Robert Mitchum o Gregory Peck. De lo que no cabe duda es de que Brando se ha convertido en un mito: fue uno de los actores más influyentes de su generación y constituyó un modelo que siguieron otros como Paul Newman, James Dean, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Al Pacino, William Hurt, Mickey Rourke, John Malkovich o Sean Penn.
Le ofrecieron hacer ¡Viva Zapata!, su director Elia Kazan siguió con su temática preferida: la de personajes que luchan por cambiar su entorno, a menudo inmovilista y corrupto, en pos de una sociedad utópica. Todo ello envuelto en un cine de compromiso. En esta película, se intenta humanizar y glorificar a Emiliano Zapata. Para dar una apariencia auténtica, Zanuck y Kazan estudiaron las numerosas fotografías que se tomaron en los años de la Revolución, entre 1909 y 1919, durante la que Zapata lideró la lucha por la restitución de las tierras que habían sido arrebatadas durante la dictadura de Porfirio Díaz. Kazan quedó impresionado especialmente con la colección fotográfica de Agustín Casasola e intentó recrear su estilo visual en el film. Además, para tratar de ser más correcta con la historia de la Revolución, Steinbeck hizo una investigación extensa sobre Zapata y también organizó entrevistas con miembros del movimiento zapatista. En esta investigación, por ejemplo, Steinbeck descubrió evidencia que indicó que Zapata estaba casado. La adición del personaje Fernando, quien tomó el rol del consejero de Zapata, ha tenido un gran impacto en la interpretación de la película. Kazan y Steinbeck fueron criticados por el personaje de Fernando porque las críticas pensaban que el personaje era un organizador comunista demasiado obvio. Otros personajes poco históricos eran Eufemio, el hermano de Zapata, y Pablo, el socio de Zapata. Estos dos personajes lo traicionaron y no solo a él, sino también a la Revolución entera. La complejidad de la Revolución hizo que la representación de Madero difiera mucho de la realidad histórica. En ¡Viva Zapata! Madero era mucho más débil que en la realidad y la película deja de mencionar que Madero, junto con Huerta, trató de conspirar contra Zapata. En esta película, Elia Kazan retrata el México rural de principios del siglo XX. Es una obra lírica tanto en su aspecto argumental como en el estético y fué un sonado éxito a todos los niveles, Brando estaba extraordinario. Maravillosa película que narra la vida de Emiliano Zapata... El comienzo de la película deja claro la postura que le harán tomar, ya desde el principio apuntándolo en la lista negra por defender con palabras a su pueblo. Brando como siempre, está genial, sin menospreciar la magnifica actuación de Anthony Quinn (que le valió un Oscar). Kazan hace resurgir la leyenda del revolucionario Emiliano Zapata y lo que hubo de pasar por su pueblo que se encontraba maltrecho. Preciosa música por la que Alex North estuvo nominado, claro que ese mismo año estaba también por “Muerte de un viajante”, se decantó el premio para Dimitri Tiomkin “Solo ante el Peligro”, al igual que su actor “Gary Cooper” que se lo arrebató a Marlon Brando... Mi secuencia favorita es cuando Zapata sube al poder y otro campesino, vivo reflejo de su juventud, le reprocha la falta de agua y víveres para el pueblo. Él apunta su nombre y al hacerlo se da cuenta en que se está convirtiendo, en un dictador igual al que él tuvo que derrocar. Magistral película que con el paso del tiempo se valora mucho más.
Brando era cada vez más famoso, pero los papeles que le ofrecían eran poco interesantes. Aceptó la oferta de Darryl F. Zanuck para actuar en la superproducción "Sinuhé el egipcio", pero se retiró del proyecto tras el primer ensayo. Zanuck presentó una demanda por incumplimiento de contrato y finalmente la Twentieth Century-Fox accedió a retirarla si Brando interpretaba a Napoleón en el romance histórico Desirée, Brando odiaba el papel, pero si lo abandonaba se enfrentaba a la cárcel. Fue una época muy dura, ya que además su idolatrada madre murió repentinamente de un ataque cardiaco. Deseoso de hacer algo más ligero, aceptó intervenir en Ellos y ellas "Guys and Dolls, de Joseph L. Mankiewicz", la versión cinematográfica de un musical de Broadway, con Jean Simmons y Frank Sinatra. Para prepararse, retomó sus clases de canto y baile, lo que no impidió que su interpretación fuese mediocre, a tono con el resto del filme. A los treinta y un años, Marlon Brando comenzó a desprenderse de los extravagantes adornos de su personalidad. Cesaron las declaraciones escandalosas y las locuras publicitarias, ya no vestía tejanos ni lanzaba insultos contra Hollywood. Tras Ellos y ellas llegó otro: La casa de té de la luna de agosto. El tema de la exitosa novela, convertida en obra teatral y luego en guión cinematográfico, donde unos japoneses engañan a las fuerzas armadas de los Estados Unidos, junto con la atracción de Brando hacia la cultura oriental, decidieron que participara en la película. Redujo drásticamente su peso y estudió japonés, su papel resultaba creíble y fué un éxito mundial.
En 1955, Brando fundó Pennebaker Productions. El actor, además de garantizarse una buena parte de los beneficios, tenía el control artístico, algo que Brando ambicionaba. Tras perder una cantidad considerable de dinero en proyectos que no llegaron a realizarse, Brando aceptó protagonizar Sayonara, con la condición de cambiar el conservador final de la novela. Su personaje, además de proceder de los estados del sur, debía casarse con la chica japonesa para de este modo luchar contra el prejuicio racial norteamericano. Joshua Logan aceptó estas condiciones y Sayonara le proporcionó a Marlon Brando su tercera nominación para el premio de la Academia y una pequeña fortuna, recibió un porcentaje de los cuantiosos beneficios de taquilla. Brando dejó su amado Japón por Alemania para rodar El baile de los malditos, adaptación de la novela épica de Irwin Shaw sobre la Segunda Guerra Mundial, junto a su amigo Montgomery Clift. Brando interpretaba a un profesor de esquí alemán que se integra en el movimiento nazi, pero la película cambiaba el final de Shaw y mostraba un personaje menos ruin y más sensible, algo que no fue aceptado por el público. Tras un año de intenso trabajo, Brando se tomó unas largas vacaciones. En 1957 se casó con Anna Kashfi, una galesa nacida en Calcuta, con la que tuvo a su primer hijo, Christian. El matrimonio fue breve y tumultuoso. Se separaron antes de un año y muy pronto se iniciaron una serie de dramas jurídicos. Los problemas también provenían de su productora. Tras muchos meses de retraso en un proyecto largamente acariciado y una considerable inversión monetaria, Brando decidió convertirse en director con El rostro impenetrable, un western donde se ve el mar y que ha ganando con los años y se la considera pieza de culto. Destacaba el realismo y la brutalidad de la secuencia en la que su personaje es flagelado. Por aquel entonces, la obsesión de Brando por el auto-castigo ya se estaba convirtiendo en realidad. La experiencia, además de resultar agotadora, lo arruinó. Se hallaba trabajando en el montaje de El rostro impenetrable cuando aceptó trabajar en la adaptación de El descenso de Orfeo, otra obra de Tennessee Williams. "Piel de serpiente", que contaba también con la presencia de Anna Magnani, Joanne Woodward y Maureen Stapleton, pero como obra difícil que era, el resultado final no fue del gusto de los críticos mas afamados. Yo os aseguro que la fuerza de Magnani y Brando, es algo que no se olvida con facilidad.
En lo referente a su paso por el Actors Studio, las primeras semanas transcurrieron con más rutina que pena, pero en la tercera, cuando Stella les propuso a los alumnos que actuaran como gallinas amenazadas por una bomba, todos empezaron a correr, frenéticos y cacareando, por el aula… Marlon se refugió en un rincón…Ante la desesperación y la posible muerte… decidió salvar a la especie. Para Stella fue suficiente.Pero le llegó, como he dicho anteriormente... Tennessee Williams, el autor de piezas inmortales como El Zoo de Cristal, Verano y humo, La gata sobre el tejado de cinc caliente… y empezó a buscar un protagonista para Un tranvía llamado Deseo, acaso su texto más salvaje, seductor, patético. La acción exigía a un trabajador vulgar, tosco, brutal a veces, Kowalski de apellido, que vivía con su mujer, Stella.
Y el resto no fue silencio, como el final de Hamlet. El resto fue el cometa Brando girando en torno al planeta. Fueron sus cuarenta películas desde The men, hasta The Score,... Pero con hits tallados en mármol... El coronel Kurtz de Apocalypse Now. El padre de Superman: ¡cuatro millones de dólares por cinco minutos en pantalla!. El desolado personaje de Último tango en París, famosa por una escena sexual, pero obra maestra desgarradora y envuelta en el saxo del Gato Barbieri… Luego golpeado sin piedad en dos ficciones: La jauría humana y Nido de ratas, y desdoblado hasta el límite en: Julio César y Viva Zapata. Y el gran ícono, logrado a fuerza de genio y apenas con dos bolas de algodón en la boca para agrandar sus carrillos…en el sobresaliente PADRINO, una interpretación mas que sólida. Grandes como James Dean, Paul Newman, Al Pacino, Jack Nicholson y Robert De Niro admiten que Brando influyó en ellos más que las largas clases de actuación: nada menos, viniendo de súper stars nada célebres por su humildad…Tres mujeres y dieciséis hijos también definen su vida fluctuante. En 1947 actuó con Tallulah Bankhead, gran estrella de Broadway, pero la relación fue muy corta... ella lo acusó de masticar ajo antes de las escenas de amor…Poco le importaba, porque compensó la colección de feas–flacas–gordas llevándose a Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Grace Kelly… y Jackie, la viuda de JFK, antes de que subiera al colosal Cristina de Aristóteles Onassis.
En cuanto a sus inclinaciones gay, confeso nombres: Cary Grant, Rock Hudson, James Dean, Laurence Olivier…y también dijo: "lo mismo que revolcarme con cuatro o cinco mujeres al mismo tiempo. Un desenfreno que nació a mis cuatro años, cuando mi niñera y yo dormíamos desnudos, y la amé en secreto…, hasta que se casó y abandonó mi hogar. Juro que pasó parte de su vida tratando de encontrarla . Pero su adicción a las mujeres no fue mayor que su salvaje necesidad de comer a todas horas. Mientras filmaba era capaz de rebajar hasta veinte kilos con dietas criminales, pero pasados sus 40 años ese mecanismo aceitado y automático se hizo pedazos… y llegó a pesar 117 kilos: enorme escollo para su vida sexual…Murió el primer día de julio del 2004. Tenía 80 años....No dejó legado, excepto una autobiografía mediocre. Pero en Tokio y en 1956, esa pluma y esa lengua sureña llamada Truman Capote le entrevistó durante horas durante la filmación de Sayonara. La entrevista, tan larga como brillante, se publicó en la célebre revista The New Yorker. Brando pasó la mayor parte del tiempo acostado en el suelo y bebiendo vodka. El encuentro se tituló: "El Duque en sus Dominios".
En su libro "Los Perros Ladran", una entrevista de 35 páginas, con un final célebre:
-"Ya había hecho más de diez cuadras cuando una de las cien callejas me llevaron al terreno familiar. Fue entonces cuando le ví, parecía un hombre de veinte metros de alto, con una cabeza tan grande como la del Buda, allí estaba, en papeles de colores cómicos, sobre un cartel de cine que anunciaba "La Casa de Té de la Luna de Agosto". Bastante parecida a la de un Buda también era su pose...estaba en cuclillas y había una sonrisa serena en el rostro que brillaba en la lluvia y a la luz de un farol de la calle. Una deidad, sí. Pero más que eso, en realidad, sólo un hombre joven sentado sobre una pila de caramelos"-.
Marlon Brando fue un hombre extraño. Según Truman Capote, "no demasiado inteligente". Ambulando entre su casa estilo japonés de Los Ángeles y su isla privada en la Polinesia, acabó despreciando su oficio excepto si le pagaban cifras astronómicas. De escasos amigos, sólo tuvo debilidad por JAMES DEAN Y MONTY CLIFT, también por Johnny Deep, y el estrafalario promotor de boxeo Don King. Sus dos Globos de Oro, luego dos Oscars por El Padrino y Nido de Ratas, más una colección de medallas y diplomas, acaso no compensaron la tragedia de 1995: su hija Cheyenne se ahorcó en su casa de Tahití… Pero, antes y después de todo, desde su primer día en la clase de Stella Adler hasta su último minuto en cámara, fue un actor absolutamente genial. Irrepetible.... Aullando ¡¡¡Stella!!! como el tosco y brutal Kowalsky, muriendo como Emiliano Zapata acribillado por un enjambre de fusiles, o en las sombras de su escritorio de Capo di tutti Capi, con la mano extendida, esperando el beso en su anillo…
La Paramount, que había puesto parte del capital en El rostro impenetrable a cambio de los derechos de distribución, terminó por quitarle a Brando la dirección y efectuar los cortes necesarios para reducir su metraje a dos horas y veintiún minutos, lo que supuso una traumática experiencia para él...Cuando por fin fue estrenada, en Marzo de 1961, recibió críticas muy favorables, pero al ser un film personal, obtuvo pocos beneficios, lo que se ha disipado con el paso de los años y ahora se la considera pieza de culto, y un constante exhibicionismo de Brando. En 1960, los empobrecidos estudios de Hollywood estaban revisando sus archivos en busca de material adecuado para realizar nuevas versiones de viejos éxitos. Rebelión a bordo, un carísimo remake de rodaje caótico, fue recibido aunque parezca surrealista fríamente por parte de la crítica, no así de público. Para desconsuelo de Rita Moreno, Marlon Brando contrajo inesperadamente matrimonio con Movita Castenada, embarazada de su hijo Miko. También Tarita, compañera de Brando en Rebelión a bordo, esperaba un hijo del actor, Tehotu. Brando pasó mucho tiempo en los tribunales. Para hacer frente a sus gastos, Brando siguió actuando en películas de dudosa calidad. Su excelencia el embajador, dirigida por su amigo George Englund, atacaba la desacertada ayuda americana en el sudeste asiático. Participaba además la hermana del actor, Jocelyn Brando, cuya carrera había sido truncada por la caza de brujas. En Dos seductores, Brando recibió vaivenes con los críticos. En 1963, el actor compró un atolón de trece pequeñas islas llamado Tetiaroa, actualmente se ha construido de Resort-Brando, donde se pueden ver sus artículos personales, pero las actividades relacionadas con la batalla por los derechos civiles empezaron a consumir la mayor parte de su energía. Regresó a los estudios para rodar Morituri, a la que le seguiría La jauría humana, donde realiza una exhibición de su arte interpretativo, Brando estaba "increíble". La condesa de Hong Kong, no fue ni el buen papel ni el director que los entusiastas de actor deseaban para él. La animadversión entre Brando y Sofía Loren era evidente y la película recibió críticas negativas. La prematura muerte de su amigo Montgomery Clift, le permitió protagonizar la adaptación de una novela de Carson McCullers, Reflejos en un ojo dorado. El nombre de Elizabeth Taylor aparecía en los créditos antes que el suyo, algo que no ocurría desde Un tranvía llamado Deseo. Su interpretación de un reprimido militar homosexual y pese a su calidad de obra única, en taquilla no obtuvo los resultados que se esperaban, pero personalmente, la interpretación de Elizabeth y Marlon está por encima de muchos actores de la época.
Queimada de Gillo Pontecorvo, fué una producción franco-italiana que trataba de la colonización del Caribe por los españoles, encajaba con las ideas del actor sobre los derechos humanos. Sin embargo, el rodaje fue muy problemático, la United Artist cambió el guión para arriesgarse a ofender a los portugueses en lugar de a los españoles, que suponían un mayor número de espectadores, y alteró el montaje, perjudicando así el significado y la continuidad de la historia. Para recuperarse de la odisea que supuso Queimada, Brando se tomó unas largas vacaciones con su familia en Tahití y comenzó a preocuparse por temas medioambientales. Apareció en Los últimos juegos prohibidos (The Nightcomers, Michael Winner, 1972), una pequeña producción británica de tintes eróticos basada en la novela de Henry James Otra vuelta de tuerca, cuyo estreno pasó desapercibido frente a la expectación de otro estreno, El padrino.... La Paramount, al borde de la bancarrota, había comprado los derechos de El padrino antes de que la novela de Mario Puzo se convirtiera en un éxito de ventas. El escritor, encargado también de la escritura del guión, sugirió el nombre de Marlon Brando para interpretar a Vito Corleone, pero los productores se negaron en redondo al recordar los desastres financieros de Rebelión a bordo o Queimada. Con Coppola, el proyecto pasó a ser una superproducción; Brando se interesó por el papel y accedió a realizar una prueba, la primera desde aquellos lejanos días de Broadway, que convenció a los productores. El padrino se convirtió en un clamoroso éxito de taquilla y situó a Brando de nuevo en las portadas de las revistas. Volvió a ser considerado uno de los mejores actores norteamericanos de todos los tiempos, algo impensable considerando la mayoría de sus películas de la década pasada. y el padrino su obra mas sobresaliente, y considerada una obra maestra absoluta. Antes de El padrino, Brando había aceptado protagonizar El último tango en París (Last Tango in Paris, 1972), la nueva y arriesgada película del director italiano Bernardo Bertolucci, junto a Maria Schneider. En esta película, enfocada como ejercicio psicológico, no se llega a saber dónde acaba Brando y dónde empieza su personaje. Desde su estreno se convirtió en un filme controvertido. En Francia fue un éxito de crítica y público; en Italia, como en España, fue censurada; en Estados Unidos provocó reacciones encontradas, pero lo que si es cierto es que el film, no deja a nadie indiferente. Es una buenísima película y toda una obra maestra.
Nominado por sexta vez al Óscar por su papel en El padrino, Brando envió a la ceremonia a una apache, Sacheen Pequeña Pluma, quien rechazó el premio en su nombre debido “al trato dispensado a los indios americanos en este país”. Este gesto provocó un gran revuelo y al ser nuevamente nominado al año siguiente por El último tango en París, el premio fue para Jack Lemmon...así es Hollywood. Posteriormente trabajó durante dieciocho meses en Enterrad mi corazón en Wounded Knee, un proyecto que no llegó a realizarse sobre la lucha de los Sioux por conseguir un nuevo tratado con el gobierno que mejorara los derechos del pueblo indio. Rechazó varios papeles hasta que la falta de dinero lo obligó a aceptar Missouri (The Missouri Breaks, junto a su amigo Jack Nicholson. Francis Ford Coppola decidió adaptar la novela de Joseph Conrad "El corazón de las tinieblas" en una superproducción sobre la guerra de Vietnam que se convertiría en Apocalypse Now. Brando interpretó el corto pero esencial papel del coronel Kurtz en un rodaje de autentica pesadilla que, por esta vez, no tuvo que ver con su persona. Corta pero sumamente lucrativa fue también su participación en Superman: The Movie, de Richard Donner, donde su digna interpretación del padre del héroe complació a público y crítica. Brando precisaba grandes sumas de dinero para mantener su atolón y su numerosa familia, además de financiar su propio proyecto, una serie televisiva sobre los indios al estilo de Raíces. Cuando se enteró de que se estaba preparando Raíces II: La próxima generación, insistió en participar interpretando un papel de villano y donó su sueldo a obras de caridad... Pero nunca conseguiría el apoyo necesario para realizar su propia serie.
Una vez, cuando por azar entró en la cafetería Hector´s, en la esquina de la Cuarta con la Séptima, un escritor llamado Norman Mailer le presentó a su colega negro James Baldwin. Era el primer encuentro de este trío que estaban a punto de convertirse en auténticas celebridades. James Badwin se convirtió en su primer amante masculino en Nueva York... de un Brando cuya sexualidad nace en su adolescencia, cuando su madre, que había sido la amante de Henry Fonda, le toleró el incesto como culminación de una historia edípica. La novedad que aportaba Baldwin a su palmarés no era que fuera hombre, sino que fuera negro; porque Marlon ya se había hecho notar en la academia militar de Shattuck por sus amores con un adolescente de belleza femenina y luminosa llamado Steve Gilmore, que acabó derramando lágrimas amargas cuando supo que en sólo un año, mientras se acostaba con él, Brando había seducido a 28 mujeres. Cuando Duke, su novia de entonces, le sorprendió sodomizando a Steve sufrió una crisis de histeria....
Cuando Marlon estaba lo bastante maduro para representar un papel en "I Remember Mama", una producción de Rodgers y Hammerstein, sopló viento... Tras la representación, alguien llamó a su camerino y el actor se topó con el rostro familiar de una actriz cuya ambigüedad sexual sólo era comparable a la de Brando: Marlene Dietrich. Ante el asombro del actor, ella se arrodilló, metió la mano en su bóxer y por un rato se convirtió en lo que él llamaría después "la más perfecta pipa del mundo". Después de su ofrenda, la actriz se presentó: "Perdóneme señor Brando, soy Marlene Dietrich y he admirado mucho su representación de esta noche". Desde ese acto inaugural ella, 23 años mayor que él, lo invitaba a cenar y le urgía a terminar pronto el postre "sin dejar ni una miga. Vas a necesitar mucha fuerza para lo que he previsto para nosotros esta noche". También Montgomery Clift lo admiró en "I Remember Mama" y comenzó una amistad breve e intensa. Los críticos comparaban su manera de actuar y a ambos se les pedían papeles de tipos torturados; pero Monty siempre seguía un acercamiento intelectual al personaje; Brando era más instintivo, como quedaría demostrado en el papel de Stanley Kowalsky en "Un tranvía llamado deseo". Su relación fue llena de claros y obscuros, ya que Brando no soportaba las continuas depresiones de su amigo. Monty se culpabilizaba de sus tendencias homosexuales, mientras para Brando cualquier tipo de sexo era gozo. Antes incluso de enfriarse la pasión, Brando compatibilizaba a su amigo con Doris Duke, la mujer más rica del mundo. Brando tuvo tiempo también para frecuentar las sábanas de seda de Leonard Bernstein, el compositor de West Side Story. A esa obra llegó tarde el joven Brando, pero no a Antígona, que le valió el aplauso de uno de los grandes actores ingleses shakesperianos, Sir Lawrence Olivier...el cual se presentó en su camerino diciendo:
- "Qué maravilla de representación. Soy el que se ha casado con Scarlett O’Hara"-
El actor inglés estaba tan fascinado por el joven americano, que pronto expulsó a Vivien Leigh de su lecho para dejar sitio a Brando. Cuando Vivien supo de la relación, no hubo reproches, con flema británica se limitó a decir: "¿Marlon Brando?, debería probarlo también". Ignoraba que un año después tendría al actor a su lado cuando coincidieron en "Un tranvía llamado deseo". Durante meses Marlon estuvo saltando de la cama del uno a la de la otra. Muchos años después, Brando le quitaría a Olivier el papel de Don Corleone en El Padrino. Aquel 1973 le quitó también el Óscar para el que estaba nominado Olivier por su papel en "La huella". A Burt Lancaster, que tenía una historia con Shelley Winters, le robo también el papel de Kowalsky en Un tranvía... Lancaster no maldijo su suerte, ya que disfrutó durante varios meses de su irresistible burlador. Al conocer la relación, una amiga común dijo: "No hay sobre la tierra dos hombres tan bellos, se merecen el uno al otro". Marlon, como había hecho con Monty Clift, Olivier o Cary Grant, en lugar de mostrarse agresivo con los actores con los que tenía que competir, intentaba seducirlos. Shelley Winters era, desde luego, una seductora de primera, en su curriculum figuraron, además de Lancaster, Sean Connery, Robert de Niro, Howard Hughes, Dylan Thomas, Clark Gable o Errol Flynn, sin agotar ni de lejos el inventario. Ella y Brando eran tal para cual y, fueron amigos vitalicios. Después de incorporar a su lista de amantes los nombres de Ingrid Bergman y Bette Davis, con Joan Crawford sufrió el primer gatillazo de su vida. Debió de asustarse tanto que se fue a París. De la mano de Roger Vadim, el hombre que se casó con Brigitte Bardot, Catherine Deneuve y Jane Fonda, frecuentó los bistrots del Barrio Latino, en donde conoció a Camus, de Beauvoir y Sartre. Junto a Boris Vian, los vieron quemar París en noches largas de alcohol y mujeres bonitas como Juliette Greco. Su mejor conquista en París, ciudad que amaba por encima de todas, fueron los actores Christian Marquand y Daniel Gélin, que habían sido introducidos en el sexo de los filósofos antiguos por Jean Cocteau. Marlon hacía el amor con Christian a la hora de la siesta y con Daniel por la noche. Truman Capote más de una vez vio al trío y le dijo a Tennessee Williams:
- "Eran tan jóvenes, tan bellos y tan incapaces de disimular su amor, que me conmovían".-
En 2002, Brando dijo: "Sólo he amado barcos que pasaron en la noche". Por una ironía del azar, fue la hija ilegítima de Daniel, Maria Schneider, quien le dio la réplica en "El último tango en París". Uno de sus más tristes episodios amorosos fue el que protagonizó con la delicada y romántica actriz Pier Angeli. Paseando de noche por los foros romanos, tomó su cuerpo al asalto. Ella escribió: "Después de lo de esta noche, sólo te pertenezco a ti. Vamos a casarnos". Marlon salió huyendo de Roma. Pier conquistaría la fama en Hollywood, rompería el corazón de James Dean y sería amada por muchos. Brando terminó en un hospital a los ochenta años. Terriblemente obeso y deprimido, tras el suicidio de su hija Cheyenne y la muerte de sus amigos íntimos, en su última década fue un símbolo de una época que iba llegando a su fin. Casado tres veces, tuvo cinco hijos; adoptó cuatro y de su ama de llaves tuvo tres más. Ganó dos Óscars, creó en más 40 películas, una fauna inolvidable en la mitología del cine e hizo de su vida un desafío a todos los tabúes.
- "Soy yo mismo", -dijo en cierta ocasión,- "y si tengo que darme cabezazos contra una pared para seguir siendo yo, lo haré".-
Se puede relatar, escribir mucho mas, pero a mi solo me queda recordar al amigo que fue y ante todo el mejor actor que ha dado la historia, al hombre libre y sus interpretaciones para el cine, que son prueba de su profesionalidad y estudio en todas las escuelas de interpretación del mundo....
LO QUE PENSABA SOBRE LA MUERTE
"Mi mente se serena cuando me imagino que estoy sentado en mi isla Tetiora y recuerdo a los seres que amé, también a los que desprecié de forma involuntaria..... Es de noche, sopla una suave brisa, tengo la boca abierta y la cabeza echada hacia atrás, mientras observo los parpadeantes puntos de luz y espero a que el rayo silencioso y misterioso se extienda por el cielo negro y me asombre una vez mas. Ya no estiro la mano, pero nunca me cansaré de esperar ese momento mágico."